Relación entre ansiedad y rendimiento académico

Si consideramos la ansiedad como una fuerza de tensiones acumuladas, puede producirse dos efectos: como bloqueador o como motivador de la acción.

En caso de shock, por eje, puede darse un bloqueo de la acción, un estado emocional de parálisis general que impide a la persona responder ante el estímulo de manera eficiente.

En un estado de bloqueo emocional podemos ver una incapacidad de respuesta reflexiva a las exigencias del momento. Cuando ocurre lo contrario, es decir, cuando hay falta de estímulos (biológicos o circunstanciales), también experimentamos bajo rendimiento. En este post intentaremos explicar ese fenómeno.

La ley de Yerkes-Dodson explica esta relación entre grado de ansiedad y capacidad de rendimiento mediante una U invertida. Así, cuando hay un exceso de ansiedad, o por el contrario, una carencia de ansiedad, el rendimiento puede verse afectado. Pero hay un punto intermedio que permite un rendimiento óptimo y eficaz.



Por supuesto, la experiencia de baja estimulación, o exagerada estimulación (ambiental o corporal), no siempre implica bajo rendimiento de ejecución. La relación ansiedad-rendimiento no es tan lógica (o intuitiva) como lo muestra la ley arriba mencionada, también está influenciada por otros factores personales o del ambiente. En base a esto, han surgido varias críticas a la teoría de la U invertida, específicamente de Neiss (1988), entre ellas el hecho de que la teoría es propiamente descriptiva y no explicativa. En otras palabras, el enfoque describe la relación entre arousal (activación fisiológica o ansiedad) y el rendimiento, pero no explica la manera como estas variables están relacionadas, es decir, de qué manera o por qué motivo afecta la una a la otra.

Por ejemplo, en un estudio realizado por Revelle y sus colaboradores se encontró, entre otras cosas, que algunos estudiantes sometidos a un examen con alto grado de ansiedad (por ej, tiempo limitado de respuesta, supervisión y haber consumido cafeína), pero con un temperamento extravertido, es decir, con necesidad de altos índices de estimulación externa, no presentaron problemas para ejecutar el examen, y por el contrario, pudieron incluso tener mejores desempeños que si las condiciones de estrés hubiesen sido menores o muy escasas. Sin embargo, aquellos estudiantes con temperamento introvertido, presentaron serias dificultades de ejecución exactamente bajo las mismas condiciones.

Esto explica que la relación ansiedad-rendimiento no es lineal o proporcional al grado de ansiedad, sino más bien se puede ver afectada por otros factores como el temperamento introvertido o extravertido, así como por el consumo de sustancias como la cafeína, o incluso por aspectos circunstanciales como el tener una preocupación extra no relacionada con el examen (por ej, problemas económicos, familiares, con la pareja, etc.); o la tendencia a interpretarse a sí mismo(a) como alguien seguro o inseguro en relación a la exigencia actual; o bien, lo que representa para nosotros el aprobar o reprobar la tarea en cuestión.

Conclusión

El estrés o grado de ansiedad es un condicionante, pero no determina en forma directa los resultados finales de nuestra ejecución.

En realidad son innumerables las causas y muy complejas las relaciones que hacen que nuestro rendimiento sea bueno o malo en una situación de tensión emocional. La ansiedad, según sea nuestro caso, tipo de personalidad o circunstancia emocional que manejemos, puede verse como un problema, o bien, como una ventaja para el buen rendimiento académico o laboral. En todo caso, todos poseemos un punto medio ideal de ejecución y rendimiento, conocido como momento de flujo, el problema es encontrarlo.

Si pusieramos más atención a cómo nos sentimos ahora y qué podemos hacer al respecto, probablemente encontraríamos el punto óptimo de rendimiento en nuestro quehacer contidiano.


Referencias:

Anderson, K.J. (1990). Arousal and the inverted-U hypothesis: A critique of Neiss's “Reconceptualizing arousal”. Psychological Bulletin, 107, 96-100.
Neiss, R. (1988). Reconceptualizing arousal: Psychobiological states in motor performance. Psychological Bulletin, 103; 345-366.
Revelle, W., Amaral, P. & Turriff, S. (1976). Introversion/extraversion, time stress, and caffeine: Effect on verbal performance. Science, 192, 149-150.
Zeidner, M. (1998) Test anxiety. The state of the art. New York: Plenum.