Trastornos de ansiedad y enfermedades médicas

Los síntomas de algunos trastornos de
ansiedad como la crisis de angustia
poseen cualidades fisiológicas signifi-
cativas, por lo que muchos pacientes la
asocian a una enfermedad médica.

La etiología (origen) de los trastornos de ansiedad puede determinarse en dos variantes: primarios y secundarios. Los trastornos de ansiedad primarios son aquellos que no derivan de otro trastorno (médicos o mentales), en tanto los secundarios sí.


En este post nos referiremos a los trastornos de ansiedad secundarios, es decir, aquellos que se originan debido a una enfermedad médica. Los trastornos secundarios pueden darse debido tanto a una enfermedad médica como al consumo inadecuado de sustancias psicoactivas (alcohol, droga, cafeína, tabaco, medicamentos, etc.) No obstante, los trastornos secundarios son mucho menos frecuentes (dentro de la población de afectados) en comparación a los trastornos primarios.

Muchos signos y síntomas de ciertas enfermedades médicas son parecidos a los que se observan en los trastornos de ansiedad. Por ejemplo, el embolismo pulmonar posee muchos síntomas muy similares a los que se presentan en el trastorno de angustia. Esto es debido a que los síntomas de la ansiedad están muy relacionados con sensaciones y signos físicos propios de las enfermedades médicas, y se entiende así porque en ambos casos los síntomas se originan en el sistema nervioso.

Muchas veces se da un diagnóstico equivocado de trastorno de ansiedad secundario. Esto es debido a que las personas que padecen de un trastorno de ansiedad (primario) tienen la certeza de padecer una enfermedad médica. Incluso es posible considerar esta convicción en algunos casos como un síntoma del trastorno de ansiedad.

Los síntomas de algunos trastornos de ansiedad, como en la crisis de angustia, poseen cualidades fisiológicas significativas, por lo que muchos pacientes lo asocian a una enfermedad médica. El hecho de que un paciente sepa que su problema de angustia es sólo y únicamente de carácter psicológico, hace que este se frustre ante la necesidad de buscar un doctor competente, o la búsqueda de un tratamiento por fármacos. Aquí encontramos uno de los motivos por los cuales muchas personas rechazan el tratamiento psico-emocional, o la terapia psicológica aplicada.

Los casos en los que sí se presenta un problema médico confirmado son contados en comparación al grupo que solamente cree tener un problema médico. De todas formas, es aconsejable no buscar la medicación excesiva para el control de los síntomas. El problema de ansiedad, sea causa o efecto de un problema médico, deberá tratarse según el procedimiento más apropiado a dicho trastorno (incluyendo la terapia racional-emotiva), independientemente de la enfermedad médica en cuestión.